Durante un acto realizado en el Palacio de Justicia de Córdoba, también aseguró que el máximo tribunal argentino tiene un “profundo compromiso” con el lenguaje claro.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, Horacio Rosatti, expresó durante un acto desarrollado en el Palacio de Justicia de Córdoba que quienes ejercen la judicatura, en ocasiones, deben alzar la voz y hablar más allá de las sentencias, especialmente, cuando se trata de reivindicar la división de poderes, los valores republicanos, la independencia del Poder Judicial.
“Todos los que estudiamos abogacía repetimos, casi acríticamente, como un latiguillo: ‘el juez tiene que hablar solo por sus sentencias’. Cada vez estoy más convencido de que quienes tenemos altas responsabilidades institucionales y estamos dentro de la judicatura, por supuesto que hablamos por nuestras sentencias, pero, en ocasiones, debemos alzar la voz y hablar más allá de nuestras sentencias. Fundamentalmente, cuando se trata de reivindicar la división de poderes, los valores republicanos, la independencia del Poder Judicial expresada en sus distintos ámbitos: en la inamovilidad, en la intangibilidad de las remuneraciones, en el respeto a las decisiones judiciales”, aseguró.
Lenguaje claro
Durante su exposición (que está disponible en esta página) el juez Rosatti también expresó el profundo compromiso de la Corte Suprema de Justicia argentina “en la prédica por un lenguaje claro, para que todos entiendan”.
Frente a un auditorio conformado, principalmente, por miembros de la magistratura aseguró: “El derecho, además de ser una ciencia, es un instrumento de resolución de conflictos. Y esto hace que el círculo de atención respecto de los destinatarios de la palabra jurídica sea mucho más amplio. Porque el juez, finalmente, va a decir lo que está permitido y lo que está prohibido, lo que está bien y lo que está mal para la norma jurídica, no para la norma ética. Y esto nos involucra a todos. Si no sabemos lo que debemos hacer, lo que podemos hacer y lo que tenemos prohibido hacer, seguramente cometeremos errores e ilicitudes”.
Rosatti sostuvo que “se pueden decir cosas muy profundas con mucha sencillez” y que quienes integran la magistratura puede “ser claros, sencillos, y profundos”. “Podemos escribir para que más gente entienda. Podemos entender que nuestras decisiones están referidas, en primer lugar, a los litigantes, a las partes, a quienes acudieron al tribunal de justicia porque tenían un conflicto; pero también al resto de la comunidad. Porque todos son destinatarios mediatos de nuestro mensaje”.
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Aunque aún hay sectores que califican al lenguaje claro como un detalle, el Director de Comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, lo considera un aspecto constitutivo de la actividad judicial. “No podemos perder de vista el rol de la comunicación en la tarea de los tribunales”, expresó en el conversatorio para integrantes de la Asociación Iberoamericana de Profesionales de la Comunicación Judicial (JusCom).
La comunicación judicial excede lo dicho formalmente en los procesos y su difusión. Supone gestionar las relaciones de los poderes judiciales con todos sus públicos. Requiere prestar especial atención no solo a lo que la Justicia dice, sino también a cómo lo dice. Involucra tres “c”: comportamiento, contenido y canal.
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